“Lady Agathe Perkins, ¿qué demonios estabas haciendo? Sal ahí fuera y demuéstrale a ese desconocido que no te dejas intimidar por nadie. Además, ?¿quien es él para que se merezca tu atención?” esas fueron una de mis cavilaciones durante los segundos siguientes apoyada en la pared, respirando entrecortada. Sí. Él, esa persona, me había puesto muy nerviosa.
Papá y mamá los guiaron por toda la casa, y cuando volvieron a estar en el recibidor, me llamaron. En aquel momento quería que la tierra me tragara. ¿Cómo me iba a presentar ante él cuando unos veinte minutos antes él hiriera mi orgullo? Me armé de valor y bajé. Me sentía como una princesa al ver que todos me observaban. Y yo llena de razón con mi vestido de flores y mis zapatos blancos.
Mi mirada se cruzó con la suya, pero papá nos interrumpió:
-Agathe, estos son Peter, Amelie y George, los nuevos habitantes.- Oh, Peter, que nombre más hermoso.- ¿Agathe, podrías enseñarle el jardín a Peter, mientras que Amelie y George conocen a Lucas?
Genial, tenía que enseñarle el jardín, un plan magnífico después de lo que había pasado. Pero me tragué para mi misma de decirle a Peter que lo conociera por si mismo:
-Sin ningún problema, papá. Sígueme.- dije, dirigiéndome a Peter.
Me siguió. Pero en cambio, fue él quien rompió el hielo:
-¿Te importa si nos subimos a la barca y damos un paseo?- Dijo él cuando llegamos al lago.
-Está bien.- Dije yo secamente. Aunque quise remar yo él cojió antes los remos:
-No. Siéntate y disfruta.- Le hice caso y Peter volvió a hablar cando estuvimos lo suficientemente alejados de la orilla.- Yo a ti te conozco. ¿Ibas a mi instituto, no?
-Si. Pero sólo nos vimos un par de veces. Incluida una en el metro cuando tú te estabas pelando con Paul Mathews. Sin embargo, tu padre y el mío quedaban muchas veces.- Le dije.
-Es verdad, que capullo es Mathews. Ojalá que le caiga una bomba encima.- Dijo riéndose. Me enfadé:
-¿Pero como puedes decir esas maldades? Imagínate que te cayera a ti una bomba, ¡menuda gracia, no!- y me miró curioso, y finalmente dijo:
-¿Porque te escondiste?- cambió de tema.
-¿Yo? No me escondí. Sólo me cansé de mirar hacia ti y me fui. No creas que eres importante.- Dije, pero me sentí mal por decir eso.
-Ah, ya veo. Crees que soy un egocéntrico.
-Exacto.
-Pues no es así. Si me dieras la oportunidad de que me conocieses podrías tener una opinión muy distinta a la que tienes.- Me apoyé en el borde de la barca, mirando mi reflejo en el agua y de pronto emergió su figura.- ¿Me la das?- Oh, era tan dulce que no me pude resistir a su sonrisa.
-Lo siento mucho. Te la doy. ¡Convénceme en 3 preguntas que te voy a hacer!
-Perfecto. Venga, primera pregunta.- Dijo Peter, entusiasmado.
-¿Libro favorito?
-Miguel Strogoff.
-Aventurero, ¿eh?¿Qué haces en tu tiempo libre?
-Leo, salgo con mis amigos, paseo y pienso.
-Tercera pregunta: ¿me perdonas?
-Siempre estuviste perdonada.- Dijo él seriamente.
Y seguimos hablando, así hasta que comenzó a oscurecer, cuando nos volvimos a casa entre carcajadas.
Como ya te dije en la respuesta a tu comentario en mi blog me encanta tu historia y la forma que está tomando :)
ResponderEliminar¡Peter es muy mono!
(PD: Soy la que escribe Beauty from the inside)
¡besos y sigue así!
¡Me ha encantado Peter! *.* ¡Es monísimo! :D
ResponderEliminar