domingo, 6 de noviembre de 2011

Capítulo 8

Llegué a casa justo cuando se estaban sentando a la mesa. Disculpé mi demora:
-Lo siento, es que me encontré con Joe y el tiempo se me ha volado.
-Bueno, pues la próxima vez intenta mirar el reloj más frecuentemente.- Dijo mi madre.- Peter, ¿qué vas a hacer esta tarde?- Cambió de tema mamá.
-Pues, verá señora Perkins, después de comer me disponía a preguntarles a usted y al señor Perkins si me dejaban ir a pasear con mis compañeros de clase.- Me extrañó que fuera tan formal hablando.
-Claro que puedes, Peter, pero por favor, llámame Ronald. ¿Cuántas veces te lo tengo que repetir?- Dijo papá, feliz.- ¿Y tú, Agathe?
-Pues, la verdad, no lo sé. Quizá me quede en casa, o puede que vaya a pasear por ahí.- Dije yo, sinceramente.
-Ah, me parece bien. Tu padre y yo vamos a ver a los Parker. ¿Sabes quiénes son?- Dijo mi madre.
-¿El señor Parker no es el profesor de literatura?-Dije, segura de lo que decía.
-Sí. Los pequeños se irán con nosotros, ya que Jonathan Parker tiene dos hijos también.- Dijo papá.
Acabamos de comer y subí a mi habitación. Me puse a leer. Pronto me interrumpieron llamando a mi puerta. Fui a abrirla y me encontré a Amelie.
-¡Hola, Agathe!-Dijo ella muy risueña.
-¡Hola!¿Qué haces tú por aquí, enana? Pasa, no te quedes ahí fuera.- La invité a entrar. Y ella se sentó de un salto en mi cama.
-Agathe, ¿te gusta mi vestido?-Me sorprendió.
-Claro que si. ¿Por qué lo dices?
-Porque me gusta el hijo del señor Parker.-Dijo ella. Me quedé sorprendida.¿Cómo a una niña de siete, ¡siete años!, le podía gustar un niño a su edad? Seguro que era un amor de chiquillos, por eso, le seguí el juego.
-Caramba. ¿Y qué quieres que haga yo?
-¿Me peinas? Mamá me hacía una trenza siempre que salíamos a pasear por Regent's Park con la abuela.
Pobrecita, seguro que hechaba de menos a su madre. Margaret Jones, su madre, había enviado el día anterior una carta a sus hijos. Peter se la estaba leyendo a su hermanos en el salón después de cenar cuando yo pasaba por ahí y me quedé de lado del arco del salón, sin que me vieran. La carta decía así:


“Mis queridos niños,
Aquí en el hospital, todo es muy triste. Salas y salas llenas de heridos. Y cada día llegan más. Estamos casi al límite de capacidad y mis compañeras y yo casi no damos abasto.
¿Qué tal os encontráis con los Perkins? Seguro que muy bien. Laura Perkins es muy cariñosa y atenta. Recuerdo cómo paseábamos juntas con sus hijos cuando erais pequeños. Pero al mudarnos ya no nos veíamos mucho, y cuando lo hacíamos, era sin vosotros. Ronald quedaba mucho con vuestro padre. Iban al club de lectores, el que estaba en Edware Road.
¡Oh, Vuestro padre!. El otro día recibí una carta suya. Cuenta que un día casi lo derriban en pleno vuelo sobre el mar. ¡Qué suerte tuvo cuando el caza alemán falló! Espero que no le pase nada ni que lo tengan que llevar herido a un hospital. Me moriría de pena si os pasara algo a vosotros o a vuestro padre.
Amelie, seguro que Laura te hace peinados como se los hacía a Agathe cuando era pequeña. ¡Cuánto disfrutába ella y poniéndole vestidos y pequeños lacitos en el pelo! Casi o más que yo a ti. Ahora que te tiene ahí no dudará en ponerte toda mona. ¿Tendrás ya muchas amigas? Eres muy sociable. Por favor, no llores por las noches, ¿vale?
George, probablemente tú y Lucas estáis todo el día corriendo por la casa adelante. Sois muy inquietos los dos. Ay, mi pequeño demonio, ¡pórtate bien! Y céntrate, que eres muy despistado. Esas matemáticas van bien, ¿no? Seguro que sí.
Peter, querido, cuida de tus hermanos. Eres el mayor, por lo tanto, ya sabes lo que hay. Estudia mucho y compórtate. Que no pase lo del metro. Y trata bien a Agathe, que es un cielo de niña. Ahora ya será una mujercita. Aún recuerdo cuando tú y ella discutíais por los juguetes. Tú le querías cortar el pelo a sus muñecas y ella quería jugar con tu aro. Ella siempre acababa llorando, pero teníais sólo 3 y 4 años. ¿Verdad que es muy guapa? Tiene unos ojos avellana hermosos y una sonrisa encantadora. Si es un poco arisca, no te preocupes, con el tiempo ya cojerá confianza. Es como su padre, son muy parecidos.
Le he enviado una carta a Ronald, contándole otras cosas. Papá me ha dicho que también os ha enviado una carta, pero creo que tardará más en llegar, está muy lejos de Inglaterra. Ojalá esto se acabara pronto, y pudiéramos estar otra vez juntos. Pero el final del túnel aún se ve distante.
Nunca, y repito, nunca, olvidéis que os quiero más que a nada en el mundo. Portaros bien. Espero que en Navidades pueda haceros una visita.
Os quiere mucho,
Mamá”


Me sorprendí al saber que Margaret Jones sabía tanto de mí. Volví de mis cavilaciones y le contesté amablemente:
-Pues claro que sí. Venga, siéntate en el tocador.- Y ella corrió a sentarse. Le cepillé el pelo.- ¿Por dónde empiezo a hacerla, por la raíz o solo te la hago por un lado.
-Por un lado. Oye, Agathe, ¿tienes lacitos para el pelo?- Me preguntó.
-Sí, claro. ¿De qué color lo quieres?- Dije mientras abría un cajón del tocador, donde estaban toda mi colección de lazos.
-Tu mamá me va a poner mi vestido de cuadros escoceses. ¿Me pones el de color rojo?- Dijo ella.
-Rojo se ha dicho.- Y comencé a hacerle la trenza con todo el cuidado del mundo. Al acabar le puse el lazo rojo que me pidiera.
-Muchas gracias, Agathe.- Y me dio un beso en la mejilla.- Me voy a vestirme.- Y justo mi madre abrió la puerta en ese momento.
-¡Ah! Estáis ahí. Te estaba buscando, Amelie. Hay que cambiarnos. ¿Quién te ha hecho esa trenza tan bonita?
-Fue Agathe, y ella me puso este lacito en la trenza. ¿Te gusta?
-Me encanta.- Le dijo mi madre. Después, ella se dirigió a mí.- Agathe, si vas a pasear, ten cuidado que, aunque haya despejado un poco, la tierra está mojada y puedes resbalar, ¿vale?
-Vale, mamá. ¿A qué hora llegaréis?- Dije yo.
-Nos quedaremos a cenar allí, por lo que llegaremos sobre las once o así.
-Mamá, ¿porqué no va Peter con vosotros?- Pregunté. Y ella me respondió con otra pregunta.
-¿Y porqué no vas tú? Porque no quieres, ¿no? Pues él lo mismo. Aunque no os perdéis nada, no te preocupes.
-Vale, mamá. Gracias.- Y le dí un beso en la mejilla.
-Portate bien, cariño. Nos vamos a cambiar de vestido.-Y se fueron las dos.
Ya se fueran papá, mamá y los niños. En casa sólo estábamos Muriel, la cocinera, y yo. Fui a la cocina a hablar con Muriel.
-Hola, Muriel. ¿Que tal está?-Pregunté educadamente.
-¡Oh! Hola, Agathe. Pues estoy muy bien, la verdad.- Me contestó ella.
-No sé que hacer esta tarde. No sé si ir a pasear o quedarme en casa. ¿Qué opina?
-Pues yo opino que salgas a tomar el aire, que aquí en casa no hay nada que hacer.
-Tiene razón. Voy a llamar a Molly.-Se lo dije y me fui.
Marqué lentamente los números, girando la ruedecilla. Me contestó ella:
-¿Sí?
-Molly, soy Agathe.
-Hola, Agathe. ¿Pasó algo?
-No. ¿Quieres venir a dar un paseo?
-¡Vale! ¿Quedamos en la plaza en un cuarto de hora?- Dijo ella rápidamente
-Vale. Hasta ahora.- Me despedí.
Allí estaba ella, sentada en un banco, leyendo un libro, como siempre. Alzó la cabeza y me vio. Hizo unos aspavientos con las manos para que la viera.
-Hola, Molly. Te tengo que contar una cosa que me pasó esta mañana.- Se lo conté. Y ella soltó:
-Dios mío, tú lo que estas es enamorada. ¡Enamorada de Joe!- Gritó ella.
-¡Que no! No me gusta. Es, simplemente, un buen amigo. Y ya está.
-¿Seguro?- Sabía que si yo decía algo era casi imposible de cuestionar.
-Seguro.- Afirmé.
Nos encaminábamos al jardín botánico. Siempre íbamos a aquel lugar. Nos gustaba a todos mis amigos.
Estábamos buscando un lugar apartado para sentarnos cuando, detrás de unos árboles, oímos unas voces masculinas.
-¿Qué me estás diciéndo?
-Que estoy enamoradísimo de Agathe. No lo puedo evitar. Me gusta todo de ella. Es tan guapa, tan dulce, tan valiente, tan inusual. La quiero un montón...
Me quedé alucinando. Y cuando nos acercamos, sigilosamente, lo ví.
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¡Hola! Este capítulo me ha quedado un poco flojo, ¿no? Aún así, espero vuestros comentarios :D
 ¡¡Gracias por leer lo que escribo!!
Un saludo,
La autora*

4 comentarios:

  1. Me encanto!!!!!*o* Quien fue el que dijo que estaba enamorado de Agathe??? OMG, no me dejes así:) Y la carta estaba preciosa. Publica pronto, plis. Quiero saber quien es.
    Cuidate mucho, Any

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  2. Amo Peter
    Me trae loca jjajajaj igual que tu blog me encanta:) espero que puedas publicar pronto

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  3. ÖÖÖÖ! ¿Quién habrá dicho eso? ¿Joe o Peter? Ahora mismo me leo el capitulo nueve para averiguarlo. :D

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  4. ¿Un poco flojo?
    A mi me encantó, bueno sigo leyendo, ¿quien habrá dicho eso? supongo que Joe... Me encanta Peter, es tan mono.
    Un beso , Marisa.

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¡Muchas gracias! Cada uno de los comentarios me inspira a la hora de escribir :D